¿2013?
Director: Carlos Iglesias.
Actores: Carlos Iglesias, Adrián Expósito, Luisber Santiago, Javier Gutiérrez, Nieve de Medina, Ángela del Salto, Isabel Blanco, Isabelle Stoffel, Eloisa Vargas, Aldo Sebastianelli, Iñaki Guevara y Esther Regina.
¿Por qué? Calos Iglesias se hizo popular en España por una serie que no me molesté en ver: «Manos a la obra». Una comedia televisiva de aspecto zafio que recordaba demasiado a los tebeos infantiles de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. Sin embargo, he tenido ocasión de conocerle personalmente a través de amigos comunes y he descubierto a un artista culto, sensible, e interesado por la historia. Ha renunciado a explotar su éxito televisivo y ha elegido una comedia de calidad más cercana a los clásicos de Berlanga y Azcona y a los directores italianos de los 70. Su cine es personal, habla de temas que conoce y se implica en la producción de sus películas. Lleva 2, la celebrada «Un franco, 14 pesetas», e «Ispansi». La segunda me decepcionó pese a partir de una premisa muy interesante, de modo que ahora cualquier cosa es posible.
¿De qué? Antes de las becas Erasmus los jóvenes inquietos que deseábamos probar el sueño europeo usábamos el Interrail. Aquel billete de tren barato permitía viajar libremente por todo el Continente («tarifa plana» diriamos ahora). Un viaje iniciático para muchos que nos abría al mundo desarrollado y cambiaba nuestras referencias. Pablo, el hijo de aquel Martín de la primera película usará también este pasaporte ferroviario para volver al pequeño pueblo suizo de Utbill, donde sigue viviendo Marcos con su familia. Además, el bautizo del segundo hijo de éste volverá a reunir en el pueblo a las dos familias españolas que concitan, de nuevo, dos o más maneras distintas de ver la vida.
¿Merece la pena? En mi opinión totalmente parcial y falta de objetividad, sí. Iglesias no arriesga mucho en cuanto a la temática pero hace un trabajo minucioso tanto en la ambientación como en la dirección de los actores. Cuando digo ambientación no me refiero solamente a lo obvio, el decorado y los vestuarios, sino a lo más difícil, la recreación de las costumbres y los modos de pensar de los años 70. Cierto es que lo más cómico de la película es la carga de prejuicios, complejos e hipocresías con la que los españoles cargábamos en nuestro viaje pero también que esto es lo que da categoría a una comedia. Su carácter de crítica a través del humor. Estamos ante una comedia coral como las de Berlanga. Ante un grupo diverso de actores que se van pasando el testigo de la comicidad sin dejar que, en ningún momento, éste caiga al suelo. Desgraciadamente, la propia historia de la película confirma que seguimos siendo un país de segunda categoría. Una comedia de esta calidad y llena de valores históricos no hubiera tenido ninguna dificultad para estrenarse en Francia o Inglaterra. No hubiera tenido tampoco dificultad en exportarse si estuviera ambientada entre el proletariado inglés. Sin embargo, en este país pobre de espíritu la distribución está copada por empresas americanas y esta película tiene grandes dificultades, no ya en triunfar comercialmente, sino siquiera para llegar a verse en la salas. En llegar a ser vista por los propios españoles a los que tan bien les vendría conocer un poco mejor su historia. No sé que decirles. Estaría bien que el público español apoyara a nuestro cine ya que ni las instituciones públicas ni las televisiones que se llaman a sí mismas «servicio público» parecen dispuestas a hacerlo. Pero soy consciente que la compasión no es una razón adecuada para ver una película y yo soy el primero en usar internet para sortear la tiranía de las distribuidoras. Es una muy buena película. Si, por azar, van a gastar su dinero en un multicine durante el fin de semana, no duden en elegir «2 francos 40 pesetas». Sino, véanla al menos y, si les gusta, no dejen de manifestarlo en el facebook, el twitter, y todas esas herramientas por las que hoy se difunde la actualidad.
Hola, JL. No he tenido la suerte de conocer en persona a Carlos Iglesias, como tú, pero me pasó algo parecido. Le conocía de un programa de Pepe Navarro y luego de la serie esa bastorra. Y claro, de repente una película tan honesta, limpia y sincera como "Un franco…" y te cambia su imagen. No he visto sus otras 2 películas, pero me creo lo de que sea un tio culto e interesante.