Dirigida por Masaki Kobayashi
Intérpretes: Tatsuya Nakadai, Akira Ishihama, Tetsuro Tamba.
¿Por qué hablo de ella? La ha sacado la Criterion Collection. Si no han oído hablar de ella es una colección dirigida a los cinéfilos más exigentes. Lo que caracteriza a las películas de la Criterion Collection, lo que caracteriza a todas las selecciones y colecciones realizadas por críticos intelectuales, pedantes y gafapastas (permítaseme el neologismo) es su importancia histórica y su ambición. Las películas clásicas, o las que fueron importantes en su momento no siempre son buenas, es más, con frecuencia son extremadamente aburridas.
Otra cosa, es una película de 1963, mi año de nacimiento. Un gran año, en mi opinión.
¿De qué va? Corren malos tiempos para los guerreros Samurai. La Paz se ha extendido como un cáncer por la nación y algunos nobles señores han sido proscritos dejando a sus capitanes en el equivalente al actual paro. Un ronin humillado por la pobreza se presenta ante la noble casa de Hli pidiendo permiso para dar digno fin a su vida ejecutando el rito del Hara-kiri ante sus puertas. Pero esto no es más que una breve introducción porque tras esta solicitud hay oscuras intenciones de venganza.
¿Merece la pena? Vamos a ver, es una película de gran severidad realizada en un duro blanco y negro de gran nitidez. Una fiesta para un cinéfilo. La historia empieza como una partida de ajedrez, pasa al melodrama y termina en una serie de duelos al más puro estilo cine del oeste. La fotografía es una desfile de delicias: seca y perfecta en la primera parte, al estilo de las composiciones de Kurosawa. Matizada y dramática en la segunda, y pictórica en la que se desarrolla en exteriores. No sé si los actores son buenos o malos, la interpretación japonesa es algo lenta para el gusto occidental. Sin embargo, todos ellos están perfectamente elegidos dando el tipo y la actitud requeridas antes incluso de empezar a recitar.
Pero lo mejor de todo es el guión ¿qué interés puede tener la historia de un suicidio según el doloroso ritual japonés? pues toda la del mundo. La historia se desenvuelve ante nosotros mediante arcaicos diálogos de gran elegancia. Las situaciones van evolucionando de un modo imprevisto dando lugar a nuevos planteamientos. Nada es lo que parece. La elegancia narrativa preside todo el filme, el dramatismo y la tensión sin exageraciones ni amaneramientos. No es una película contemporánea. Quizá no guste a las mujeres, los niños o aficionados al fútbol, quizá ni siquiera sea buena. Pero para un cinéfilo de pro es absolutamente irresistible. Tiene todos los elementos de gran estilo de las películas clásicas. Lleva la etiqueta «obra maestra» escrita en cada fotograma.
Críticas en Rottentomatoes.