2013
Guión y dirección: Jeremy Saulnier.
Actores: Macon Blair, Devin Ratray, Amy Hargreaves.
¿Por qué? La Venganza en el cine ha dado lugar a un género feo que explota los instintos más bajos del espectador. Charles Bronson, Silvester Stallone, o Jason Statham se han refocilado en este barro lleno de esposas rubias, hijos inocentes y malos de cartón-piedra cuya muerte es liberadora. Neil Jordan y Jodie Foster intentaron dar dignidad al género con The Brave One, pero no tuvieron éxito ¿Qué puede aportar este director ignoto a un asunto tan manido?
¿De qué? Como si llegáramos a una película empezada cuando nos encontramos con Dwight le vemos en un estado deplorable, malviviendo en el coche podrido que da título a la película. Llegado el momento de su venganza volverá lentamente a la sociedad para dar fin a su historia. Entonces descubrimos qué llevó a esta situación a un hombre que no nació para hacer justicia.
¿Merece la pena? El lector que lleve tiempo con mi blog ya habrá notado por mi escueto resumen que no quiero explicar mucho de esta película porque me ha gustado. Efectivamente, se trata de una historia original en que el protagonista no es un musculoso justiciero al uso sino un tipo normal que ha sufrido. Este tipo normal se interna en un mundo que no es el suyo como una virgen que se sorprende ante la aparición de la sangre. Hay una trama de violencia que avanza imparable y una historia del pasado que también vamos descubriendo paulatinamente. Todo ello narrado con el pulso seguro de un director experimentado. El aspecto algo absurdo de las escenas de violencia me ha recordado a alguna de las primeras películas de los hermanos Cohen. Una historia muy buena y sin trampas.