2014
Director: Matt Reeves.
Guión: Mark Bomback, Rick Jaffa, Amanda Silver.
Actores: Andy Serkis, Jason Clarke, Keri Russell, Gary Oldman, Toby Kebbell, Kodi Smit-McPhee
¿Por qué? Si hoy soy un ser humano infeliz, traumatizado, pesimista e inseguro se lo debo a la impresión que me produjo ver «El Planeta de los simios» a una edad demasiado temprana. Nunca he olvidado el día y el lugar, la pesadilla del astronauta mudo que intenta gritar que no es un animal. Ni la frustración que me produjo el llanto de Charlton Heston frente a la Estatua de la Libertad. Pasaron años antes de que pudiera superar aquel trauma y entender su significado pero me convertí en una persona pesimista y amarga. Insensible a los esfuerzos y sufrimientos de quienes hacen las películas, Despiadado.
¿De qué? La necesidad de usar una antigua central hidráulica obliga a un grupo refugiado en la antigua ciudad de Los Ángeles a establecer contacto con los simios que viven en la montaña. La «gripe de los simios» que se liberó sobre la Humanidad en la película anterior ha causado estragos. Pese a la desconfianza inicial, el enemigo no son los hombres, o los simios, sino los seres belicosos que impiden el trabajo de los que quieren dialogar y convivir.
¿Merece la pena? La distancia que separa esta película -y su predecesora- de las antiguas películas de los años 60 es todo un símbolo de la distancia que separa el cine de entonces del actual. La innovación más sobresaliente en los 60 era el maquillaje. En el siglo XXI son las técnicas de captura digital del movimiento que sirven para lo mismo, trasladar la expresión de los actores. En los 60 el ser humano era interpretado por el cotizado actor Charlton Heston. En el siglo XXI el personaje más relevante es César, el simio interpretado por el inglés Andrew Serkis bajo una sofisticada capa de texturas digitales . Me ha sorprendido la falta de actores conocidos en una producción de este tamaño. Me pregunto si responde a un plan premeditado de su director de potenciar a los primates. Su gran acierto, el gran acierto de las dos partes, es su retrato crudo del comportamiento animal, sin caer en el animismo tan frecuente en las películas infantiles. Esta dureza hace que la nueva serie esté dirigida a un público adulto. Un espectáculo grandioso que ha sido muy comentado por el carácter específico de sus efectos visuales, pero no exento de inteligencia. Su director es Matt Reeves. Dirigió antes Cloverfield y Let me In, una serie muy buena que le ubica como uno de los grandes directores del momento.
En cuanto al género humano y el fin de su supremacía sobre el Planeta hoy es el día en que los informativos se despiertan con los EE.UU. vetando las resoluciones de la ONU contra la ofensiva militar de Israel en Palestina. El ilustrado pueblo judío se tira al barro de la beligerancia y la Comunidad Internacional se esconde cobarde. Las guerras no cesarán. De los distintos líderes que se presentan ante la Humanidad ésta seguirá a los más fuertes y a los despiadados. Y este es el otro acierto de esta serie de películas; mostrar a los hombres como los animales que son sin atribuirles, no ya la inteligencia, sino el sentido común del que, obviamente, carecemos.