2013
Director: Michael Radford (en rebeldía).
Guión: Juan Eslava Galán y M.Radford (también en rebeldía).
Actores: Mario Casas, María Valverde, Secun de la Rosa, Luis Callejo, Jorge Suquet, Pepa Rus, Jesús Carroza, Daniel Grao, Antonio Gil, Alfonso Begara, Eduardo Velasco, Alfonso Delgado, Selu Nieto.

¿Por qué hablo de ella? La idea que los españoles tienen del cine de nuestra Guerra Civil es negativa.  Se corresponde, en general, con el cine que hicieron en los años del socialismo directores como Mario Camus, Pilar Miró y Vicente Aranda.   Hay entre todos ellos varias películas apreciables pero también una nota común, la tristeza.  Este rasgo es especialmente claro en el cine de Camus, el más prolífico de todos  ellos.  Sus películas son unánimemente tristes, amargas, pesimistas.  Y lo mismo puede decirse de las maniqueas Beltenebros y Tu nombre envenena mis sueños, de Pilar Miró, dos de las películas más lloronas y autocompasivas del cine español.

El resultado de todo esto es que los españoles conocen mal este importante periodo de su historia y rechazan el cine sobre él.  Por eso el proyecto de La Mula era uno de los más esperanzadores del cine español  ¡Por fin una película «normal» sobre la Guerra Civil!  Basada en una novela del escritor Juan Eslava Galán.  Un autor insuficientemente conocido y muy poco dado a la tristeza, más bien a una fina ironía andaluza.  El director inglés Michael Radford también ha mantenido un buen nivel durante toda su carrera y su obra maestra, Il Postino, trataba precisamente sobre otro tipo sencillo a quien no le preocupa la política hasta que ésta viene a llamar a su puerta.
¿De qué? Juan Castro es un acemilero (mulero) pobre que sirve en el Ejército franquista como lo ha hecho todo en su vida, porque le ha tocado y sin cuestionar los motivos de los que le mandan. Lo que de verdad le interesa es conservar una mula blanca que ha encontrado en el campo de batalla y que, para un hombre de su condición, es un tesoro.   Y, también, hacerse novio de una chica muy guapa, pero que tiene una visión muy funcional del matrimonio.

¿Merece la pena? No quisiera caer en la tristeza y el pesimismo  que tanto deploro pero ¡pobre cine español!  Este proyecto con tan buenos elementos ha tenido una trayectoria tortuosa y ha estado a punto de no llegar a buen fin. Resumiendo mucho; el director Michael Radford abandonó el rodaje pocos días antes de su terminación por diferencias con la productora española.  Diferencias económicas, que no artísticas.  El proyecto quedó, por tanto, en manos de Alejandra Frade y su equipo de la productora Gekco films.  Algunas señales arrojan dudas sobre la personalidad de esta mujer que en la defensa de sus intereses ha usado argumentos políticos, y de la que se cuentan en Jaén historias de incumplimientos que coinciden con las que contara Radford.  La reputación de  Frade no procede de su trabajo sino del de su padre, el famoso productor José Frade.  Según la hija el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, representado en Ignasi Guardans, director del ICAA, habría intentado censurar esta película.  Este argumento no tiene mucho peso porque la cinta toma claramente partido por los seres humanos en vez de por las ideas políticas y, de mostrar alguna inclinación, sería más bien por el bando republicano.

Sea como fuere -y hablando, por fin, de la película en sí- la consecuencia más obvia de estos problemas sería que el montaje final se habría realizado usando copias de trabajo y no los negativos originales (no sé exactamente que significa la palabra «negativo» en el año 2011 en que, por mis noticias, todo el cine es ya digital).  Efectivamente, las copias que he visto de la película no brillan por su calidad.  Si Radford hubiera sabido hacer un mejor montaje es algo que no podemos saber.  Lo que sí queda claro es que La Mula emparenta con la otra gran película de este director inglés, Il Postino.  El cabo Juan Castro es, al igual que el cartero de Neruda, un hombre pobre que tiene preocupaciones más inmediatas que entender los motivos de la Guerra y juzgar a sus participantes.  Se conforma con su mula y conseguir a la chica que le gusta (exactamente igual que el cartero).  No obstante, la Guerra le obligará a salir de su reducido mundo y reflexionar.

En Il Postino el actor Massimo Troissi realizaba la mejor interpretación de su carrera, y exactamente lo mismo ocurre con el actor español Mario Casas. Al igual que en aquella obra maestra, Radford crea un personaje entrañable lo que permite a  Casas hacer  el mejor papel de su carrera y ganarse mi respeto.  La Mula es lo que yo creo que podría ser el cine de la Guerra Civil, una película normal, entretenida.  No esconde la tragedia de la guerra pero no se ceba en ella ni se entrega a lamentaciones.  Es divertida -a ratos- pero aprovecha para explicar muchos aspectos poco conocidos de la época, casi todos relacionados con la vida cotidiana, con eso que se ha dado en llamar la intrahistoria.  Con como sufren los hombres normales los grandes acontecimientos historicos.

Antes de terminar conviene reconocer que para mí no es ésta una película cualquiera.  Admiro a Eslava Galán y me interesan mucho los temas que esta película trata.  Por si esto fuera poco, se rodó en una zona de Andalucía que conozco bien y pude asistir un día a su rodaje en circunstancias muy especiales.  Uno de los escenarios principales de la película era la iglesia de Lopera.  Un pueblo de la provincia de Jaén en que yo contraje matrimonio apenas 15 días más tarde del paso de las cámaras de Radford.  Al salir de la Iglesia del brazo de mi esposa contemplaba las anacrónicas pintadas hechas para la película que aún no habían sido borradas de la pared: ¡Viva Franco! ¡Arriba España!

No me entiendan mal, no añoro el régimen de Franco. Pero yo viví algunos años de ese tiempo del que hoy tantos opinan y su imagen en las paredes me recordó, por un momento, mi infancia.

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