2013
Director: Erik Matti.
Guión: Matti y Michico Yamamoto.
Actores: Joel Torre, Gerald Anderson, Piolo Pascual.
¿Por qué? Hubo en mi vida un tiempo lejano en que recorría la ciudad de Madrid barrio a barrio para ver las películas que me interesaban en el cine en que eran proyectadas. De este modo he conocido lugares sorprendentes como Fuenlabrada o Rivas. Hoy, gracias a internet, es posible ver casi todo el cine del mundo y de todas las épocas. Laos, Indonesia y Filipinas, lugares lejanos que apenas puedo ubicar en los mapas. Aún más lejanos -culturalmente- que los conocidos Corea y Japón, pero en los que se hace un cine vibrante que no hubiera imaginado. Esta película no es muy conocida pero la opinión de los que la han visto parece unánime.
¿De qué? Dos hombres recorren los ambientes populosos y caóticos de la ciudad de Manila. Son dos asesinos a a sueldo que matan a personas de las que nada saben. Nadie sospecha de ellos porque, oficialmente, están ingresados en prisión.
¿Merece la pena? Como corresponde a una producción oriental On the Job es exhuberante. Los dos asesinos, Daniel y Tatang, nos sumergen en un mundo de calles estrechas y laberínticas, de patios abarrotados de extras filipinos. Las fiestas populares y las prisiones abarrotadas. Erik Matti nos cuenta una historia confusa en que, al principio, resulta difícil entrar pero que acaba tomando cuerpo; un asesino viejo que ya no se fía de nadie y un policía joven invitado a la fiesta de la corrupción. Atrapados ambos por los intereses de criminales mucho más poderosos. Estamos ante un retrato vibrante del submundo de la corrupción filipina. No resulta extraordinario pero demuestra un gran nivel de producción. Podría compararse con Grupo 7, la película española que describe los barrios marginales de Sevilla. O con la serie brasileña Tropa de élite. Distintos ambientes criminales pero la misma solvencia narrativa.